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ORTOMOLECULAR NEWS LETTER
VOLUMEN I / I EPOCA

Director: Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado
Noticias y Artículos de Dietética y Nutriología Ortomolecular y Antienvejecimiento para Profesionales de la Salud

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lunes, 30 de mayo de 2011

Las transiciones nutricionales y su relación con la salud


Index›Alimentación y salud ›Las guías alimentarias cubanas 1
Alimentación y SALUD
1- Las guías alimentarias cubanas 12 7-Las comidas llamadas "rápidas" y las conocidas como "basura " o "chatarra"
2-Enfermedades crónicas relacionadas con la dieta 8-Exceso de colesterol en sangre
3- Hipertensión arterial 9-Enfermedades de la civilización
4-Obesidad y Sobrepeso 10-Influencia de los hábitos alimentarios en la salud
,5-El vegetarianismo 12- Intolerancias alimentarias
6-Los vegetales, imprescindibles para la salud
13- Alimentación y cáncer
  14- El consumo de fibras dietéticas nuevo
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Las transiciones nutricionales y su relación con la salud

El florecimiento y expansión de las revoluciones agrícola, urbana e industrial, así como el comercio y las comunicaciones, han producido un volumen y diversidad de alimentos nunca antes logrado en el desarrollo de la humanidad.

Esto ha posibilitado a un número mucho mayor de personas el acceso a los alimentos, aun cuando no se ha logrado resolver el problema del hambre. Sin embargo, ha generado otros nuevos fenómenos que repercuten de manera directa en la salud porque no ha propiciado hábitos de consumo mediante una dieta saludable ni estilos de vida que posibiliten disminuir los riesgos de contraer enfermedades relacionadas con la alimentación, en especial para una población mundial que envejece, y es la principal responsable de las causas de muerte por enfermedades crónicas asociadas a la nutrición.

Al parecer, la urbanización comenzó su desarrollo en Mesopotamia entre el 5500 y el 3500 a.n.e., y se fue expandiendo en diversas regiones a partir del crecimiento de las sociedades agrarias para transformarse posteriormente en grandes poblaciones o ciudades.

Esta evolución, llamada revolución urbana, no solamente produjo un crecimiento demográfico de centros poblacionales, sino también transformaciones y cambios en las relaciones sociales, en la producción de alimentos y bienes materiales, en las relaciones de producción y en la estructura de las sociedades. A su vez, el urbanismo trajo consigo las revoluciones agrícolas e industriales, así como la necesidad de desplegar el comercio y otras infraestructuras que más tarde condujeron a la globalización.

La necesidad de producir excedentes de alimentos como parte del crecimiento de la sociedad urbana, y más tarde su industrialización y expansión, puso en tensión las fuerzas productivas y se ensancharon las capacidades de producción, lo que obligó a aplicar tecnologías intensivas en la explotación de los recursos naturales, en particular el uso de la tierra y el agua, lo que hoy, por su carácter predador, está poniendo en peligro no solamente el entorno natural, sino las bases mismas de la sociedad industrial moderna. Como consecuencia de este complejo proceso, y en el marco del avance de las sociedades contemporáneas, se han ido imponiendo los malos hábitos alimentarios que predominan en las sociedades, independientemente de su grado de desarrollo.

El gusto por la comida «basura» o «chatarra» y por las bebidas artificiales –que solo son un engaño al organismo y al paladar–, la preferencia por productos refinados, el exceso de consumo de azúcar, de sal y de grasas, un deficiente consumo de hortalizas, frutas y otros alimentos de origen vegetal, la carencia de fibra en las dietas y una predilección excesiva por los productos de origen animal, principalmente las carnes rojas y sus derivados, algunos simbolizan y otros aspiran a consumirlas en exceso como sinónimo de opulencia y de una buena alimentación.

Es evidente que el consumo total de energía por persona y la estructura de la dieta ha sufrido sustanciales e importantes cambios que conspiran con la salud; pero lo más importante es que si analizamos el comportamiento de estos cambios a través del tiempo, nos daremos cuenta con asombro que no se detienen, sino que a pesar de toda la información disponible actualmente sobre los daños que ocasionan a nuestra salud, su avance ha sido hasta ahora indetenible.

Un ejemplo se puede observar en la Figura elaborada a partir de estadísticas de FAO donde se demuestra claramente cómo se ha ido incrementando en el mundo el consumo de grasas, azúcar y productos de origen animal, lo que se ha venido produciendo en detrimento del consumo de cereales y de otros alimentos altos en fibra, minerales y vitaminas. Esta situación se manifiesta con más evidencia en los países industriales desarrollados.

Otra de las manifestaciones del cambio asociada a los procesos de desarrollo social se aprecia en las modificaciones de nuestros estilos de vida que, aunque parecen aparentemente rápidos, son en realidad sedentarios. Tales cambios se reflejan en una menor demanda energética debido al tipo de trabajo que impone la vida urbana en la que predominan las ocupaciones en los sectores industriales y de servicios, así como los trabajos agropecuarios y de construcción cada vez más tecnificados que requieren menor actividad física. Asimismo, las actividades de rutina diaria son día a día más sedentarias en los medios públicos, en la recreación y en el hogar.

En el aumento de estos medios tecnológicos en los hogares ocupa un lugar especial la televisión y los equipos audiovisuales de distracción, lo que se manifiesta en que las familias, en especial los niños, adolescentes, jóvenes y personas de la tercera edad, dedican una gran parte de su tiempo libre en estos entretenimientos en detrimento de actividades recreativas que requieren ejercicio físico, como los deportes, juegos activos, salidas al campo, la playa, caminatas, excursiones y otras. Según la BBC, los seres humanos dedican como promedio alrededor de doce años de su vida mirando la televisión.

La producción de alimentos en masa, si bien logró que mayor cantidad de personas de bajos ingresos tuvieran acceso a los alimentos, produjo una homogenización de la dieta a pesar de la diferenciación de los productos con una gran variedad de marcas.
A su vez, las técnicas comerciales y de mercado, controladas por los grandes monopolios y transnacionales y apoyadas por los medios masivos de comunicación, se han convertido en poderosísimos recursos para una sociedad de consumo, donde muchos comen lo que se anuncia por la televisión y otros medios de comunicación. En anuncios anuales la PepsiCola gasta más de mil millones de dólares en promocionar su bebida artificial «chatarra», y para las comidas rápidas la Mc Donald invierte más de mil cuatrocientos millones.

Es evidente que con el desarrollo logrado no se ha sido capaz de resolver el dilema actual: por primera vez en la historia de la humanidad la vida de los seres humanos y su medioambiente peligra; la comida que se produce en el mundo alcanza para todos, pero no se resuelve el problema de los hambrientos, los desnutridos y los niveles de pobreza.


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AHANAOA A. C.
Miguel Leopoldo Alvarado
Fundador y Presidente
http://www.nutriologia-ortomolecular.info

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