| ecologistas. El grupo ambientalista Greenpeace se manifestó ayer en la Columna de la Independencia.Foto: AP |
| La autorización de los dos primeros permisos para la siembra experimental de maíz transgénico en México provocó confrontación entre investigadores, productores y organizaciones ambientalistas.
Mientras algunos consideran que es un grave error del gobierno federal permitir la existencia del maíz genéticamente modificado, pues afectará a los maíces nativos del país –de los que existen unas 60 especies–, otros aseguran que es un avance tecnológico que permitirá tener mejores rendimientos.
El pasado 15 de octubre las secretarías de Agricultura (Sagarpa) y de Medio Ambiente (Semarnat) autorizaron la expedición de los primeros dos permisos, de un total de 35 solicitudes presentadas por Dow AgroScience, PHI de México y Monsanto, para la siembra experimental de maíz transgénico.
Señalaron que los permisos cumplen con todos los requisitos que establece la Ley de Bioseguridad sobre Organismos Genéticamente Modificados y su reglamento.
Los experimentos serán en Tamaulipas, durante el ciclo otoño-invierno, que inicia en febrero de 2010, en donde se cultivará maíz resistente a plagas y tolerante a herbicidas.
Fabrice Salamanca, director general de AgroBio México –asociación civil que representa a la industria relacionada con la biotecnología agrícola–, señaló que la emisión de los primeros permisos es una buena noticia ya que pone fin a once años de moratoria para sembrar maíz transgénico.
"Finalmente se va a recuperar el tiempo perdido; estos experimentos nos van a permitir conocer y resolver las dudas científicas y técnicas sobre el aprovechamiento y uso de la biotecnología en el maíz y las necesidades del campo mexicano", dijo en entrevista con Crónica.
Respecto al rechazo de algunos grupos sociales a la siembra del maíz genéticamente modificado, Salamanca expresó que "es lamentable que se opongan a la experimentación e investigación con estas tecnologías, ya que es oponerse al conocimiento; es lamentable que se politice el tema".
Resaltó que México no puede quedar al margen del avance biotecnológico, sobre todo cuando países como Argentina, Brasil, Colombia, Honduras y Cuba –algunos de ellos tienen maíz criollo– ya la utilizan de manera exitosa y sin haberse presentado, en 14 años de uso de la biotecnología, un solo impacto negativo en la salud humana, animal o a la biodiversidad.
Refirió que los experimentos se harán en el norte de Tamaulipas, en predios reducidos de dos hectáreas, con estrictas medidas de bioseguridad, además de que los campos experimentales estarán aislados de zonas donde se produce maíz criollo y tendrán por lo menos 500 metros de distancia respecto de otros cultivos.
Sin embargo, para Alejandro Espinosa, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), permitir la siembra de maíz transgénico es un atentado en contra de los maíces criollos.
"Sembrar maíz transgénico en un centro de origen, como lo es México del maíz, es terrible. No sé si realmente la autoridad sopesó la magnitud de su decisión. Lo que está atrás de esto es el interés económico de las principales empresas por controlar la venta de las semillas, porque la semilla transgénica es 30 por ciento más cara que la convencional.
"Se dice que los transgénicos rinden mucho más que los maíces que no lo son, pero eso es falso, la diferencia de rendimiento entre unos y otros es apenas entre 0.3 y 0.6 por ciento", dijo.
Señaló que debe haber una moratoria ante el riesgo de que los maíces criollos mexicanos se puedan contaminar de los transgénicos, debido a la fácil polinización.
Para Carlos Salazar, secretario general de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM), la entrega de los permisos es engañosa, ya que, al haber sido autorizada para Tamaulipas, la siembra experimental empezará hasta el próximo ciclo agrícola, que es en febrero.
"Ahorita lo que nos urge es que se autoricen las siembras para Chihuahua y Sonora, que es donde está ya el ciclo agrícola; en Tamaulipas es hasta febrero, y los permisos deben coincidir con el ciclo agrícola. Ahí hay una trampa de la autoridad", añadió.
No obstante, se congratuló por la emisión de los primeros permisos para sembrar maíz transgénico, y expresó que "quienes se oponen son comercializadores o ambientalistas que no tienen nada que ver con la producción y han politizado el tema. Nosotros, como productores, tenemos el reto de producir más alimentos ante el crecimiento poblacional".
Federico Ovalle, dirigente de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), reveló a Crónica que la introducción de maíz transgénico no es conveniente, ya que dañará a la agricultura mexicana, a la economía de los productores y a las diversas razas de maíz criollo.
"Nosotros nos opusimos a la siembra de maíz transgénico, por lo que habrá que insistir para que se modifique la ley y evitar un desastre ambiental".
El también diputado federal perredista indicó que se buscará, desde la Cámara de Diputados, evitar la entrega de más permisos, "y eso se puede hacer modificando la Ley de Bioseguridad". |