02-dic-2010 Alfredo Macías Narro
El maíz transgénico que México importa de Estados Unidos contiene genes de una bacteria, misma que le hace producir una sustancia insecticida, característica que el maíz nunca tendría de manera natural. El problema es que, hasta la fecha, no se han estudiado los efectos a largo plazo del consumo de transgénicos.
Lo que sí se ha documentado es el riesgo de contaminación para las especies nativas por el cultivo de transgénicos, lo cual entraña graves amenazas para la riqueza biológica del maíz mexicano y para millones de campesinos.
El negocio capitalista de los transgénicos
Dentro del agudo marco de la crisis de la tortilla, (mismo que es un problema alimentario no menor para la población mayoritaria, ya que, en tanto los salarios mínimos aumentaron un ridículo 3%, el precio de este producto de primera necesidad en la mesa de las familias mexicanas, aumentó entre un 35% y un 250%).
Leer más en Suite101: Desnutrición y transgénicos ¿Problema alimentario o político? http://pobrezamarginacion.suite101.net/article.cfm/desnutricion-y-transgenicos-problema-alimentario-o--politico#ixzz17lqGdQQNLa trasnacional Monsanto quiere llevar agua a su molino, promoviendo sus variedades de maíz transgénico, como "soluciones" y aprovechando la complicidad de algunos funcionarios del Gobierno federal de la administración calderonista.
A la errónea decisión de incrementar las importaciones de maíz procedentes de Estados Unidos se suman afirmaciones sin sustento científico para impulsar la siembra de los maíces transgénicos en México. Monsanto aprovecha la actual crisis en el precio de la tortilla para presionar que se aprueben sus solicitudes para sembrar maíz transgénico en México, centro de origen y diversidad de dicho grano, bajo aseveraciones, como las siguientes
Las semillas transgénicas aumentarán rendimientos y abastecerán el mercado de maíz
La actual crisis de los precios es provocada por la especulación, pues la producción de maíz en México es suficiente: en 2006 México produjo 22 millones de toneladas de maíz blanco, de las que por lo menos dos millones eran excedentes.
Por el contrario, un reporte de 2006 del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos reconoce que los rendimientos de los transgénicos "no son mayores a los de las variedades híbridas convencionales"; diversos estudios demuestran que, bajo condiciones de sequía, los transgénicos presentan rendimientos muy bajos y requieren una gran cantidad de agroquímicos tóxicos.
El problema no son las semillas, pues para producir más se requiere inversión en la infraestructura de riego, el uso de variedades de maíz adaptadas a las distintas condiciones de suelo y clima y un programa de apoyo técnico y financiero a los productores.
Además, las semillas transgénicas requieren condiciones de producción "que no se dan en la mayor parte del territorio nacional", como son la siembra en grandes superficies planas e irrigadas, con alta tecnificación y capacidad de inversión en todo el paquete tecnológico.
Se requieren semillas transgénicas que resistan plagas y cambios climáticos
En el mundo solo existen tres tipos de transgénicos a escala comercial: "los que producen insecticida Bt para insectos lepidópteros y el gusano de la raíz; los que toleran mayores cantidades de herbicida y los que presentan ambas modificaciones".
Los transgénicos no son semillas mágicas
No controlan todas las plagas y de hecho, ni siquiera son viables bajo las condiciones de producción características de México. De acuerdo con el estudio Maíz y Biodiversidad, ninguno de los transgénicos existentes resuelve los problemas del campo mexicano ni responden a las necesidades más apremiantes de los campesinos mexicanos.
No existe un solo transgénico comercial que resista a la sequía o que responda a los cambios climáticos. Las semillas mejor adaptadas para tolerar sequías, cambios del clima y estrés ambiental son, "precisamente, las variedades nativas de maíz, del que México es centro de origen y biodiversidad"; de ahí la urgencia de proteger esta riqueza genética libre de riesgos y libre de patentes corporativas privadas y transnacionales.
Empobrecimiento alimentario
No es difícil entender que para las familias mexicanas, cada día es más difícil acceder a los productos de maíz, así como al frijol y a la más accesible proteína animal de calidad (los huevos y la leche), alimentos que forman (¿formaban?) la columna vertebral de su dieta cotidiana y que, si de suyo era raquítica en cantidad y sumamente deficiente en calidad, ahora será un factor incrementado de desnutrición.
Alimentos chatarra y problemas de salud
Para las familias más pobres pero, paradójicamente, también para las personas de clase media y alta para las que, el creciente consumo de alimentos chatarra, ha acarreado problemas (cuyo origen está altamente correlacionado con la desnutrición) y que se han convertido en problemas de salud pública, como son, entre otros males, la obesidad y la diabetes asociada de tipo I, particularmente entre los niños menores de 12 años.
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Miguel Leopoldo Alvarado
Fundador y Presidente