En el estudio se comprobó que la actividad física no influye en la aparición de Alzheimer |
Redacción, Madrid (23/12/2007).- Las personas de 65 años o más que caminan de forma regular y realizan otros tipos de ejercicio moderado parecen tener un menor riesgo de desarrollar demencia vascular, la segunda forma más común de demencia después de la enfermedad de Alzheimer, según un estudio del Hospital Universitario S. Orsola Malpighi en Bolonia (Italia) que se publica en la edición digital de la revista Neurology.
En el estudio, que tuvo una duración de cuatro años, participaron 749 hombres y mujeres italianos que tenían 65 años o más y que no padecían problemas de memoria al inicio del estudio. Los investigadores midieron la cantidad de energía aplicada por los participantes a sus actividades físicas semanales, incluyendo caminar, subir escaleras, limpiar la casa o cuidar el jardín. Al final del periodo de estudio, 54 personas desarrollaron enfermedad de Alzheimer y 27 demencia vascular.
Los resultados mostraron que los participantes que se encontraban en el tercio superior que incluía a los que empleaban más energía en actividades moderadas cotidianas tenían un 29 por ciento menos de riesgo de demencia vascular y que aquellos que se incluían en el tercio superior de actividad física total disminuían este riesgo en un 24 por ciento en comparación con los del tercio inferior.
Según señala Giovanni Ravaglia, autor del estudio, "nuestros descubrimientos muestran que la actividad física moderada como caminar y todas las actividades físicas combinadas disminuían el riesgo de demencia vascular en los mayores de forma independiente a factores sociodemográficos, genéticos y médicos".
Ravaglia explica que es importante apuntar que una actividad moderada fácil de realizar como caminar proporcionaba los mismos beneficios cognitivos que otras actividades que requerían un mayor esfuerzo.
Según el investigador, es posible que la actividad física pueda mejorar el flujo sanguíneo cerebral y disminuir el riesgo de enfermedad cerebrovascular, un factor de riesgo de la demencia vascular, pero que será necesario realizar más investigaciones sobre los mecanismos que operan entre la actividad física y la memoria de las personas.
Los resultados del estudio también mostraron que la actividad física, a diferencia de lo que apuntan otras investigaciones, no estaba asociada con un menor riesgo de enfermedad de Alzheimer. Ravaglia afirma que, en cualquier caso, serán necesarios más estudios para concluir que el ejercicio no previene este trastorno neurodegenerativo.
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AHANAOA A. C.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado
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