LA VITAMINA C, POTENCIADORA DEL EFECTO TERAPÉUTICO DE ALGUNAS SETAS MEDICINALES
10Dec2009 Categoria: Setas y salud Autor: Juan Carlos MirreDesde un punto de vista estrictamente científico y ortodoxo, las propiedades curativas de las setas medicinales están relacionadas con su composición química y esto ha sido demostrado tanto por pruebas de laboratorio "in vitro" como con ensayos en animales y confirmado finalmente por muchos años de experiencias clínicas (con o sin ensayos con placebo y doble ciego).
Sin embargo a los laboratorios y a muchos centros de investigación, más que las propiedades curativas de las setas y sus extractos, les interesa saber cuales son los "principios activos": las maravillosas moléculas con propiedades curativas, ya que una vez identificadas pueden ser objeto de patentes y generadoras de beneficios.
Para Hifas da Terra, partidarios de la seta entera y la sinergia de todos sus "principios activos", estas investigaciones con fines mercantiles nos beneficia de rebote ya que confirma a nivel científico y experimental lo que ya se sabía desde hacía años o siglos de experiencia.
En algunos casos las investigaciones médicas y bioquímicas también permiten concluir aspectos interesantes como el que vamos a ejemplificar: la adición de Ascorbato Potásico a algunos extractos de setas para potenciar su efecto terapéutico.
De entre las numerosas moléculas con acción beneficiosa que se encuentran en las setas medicinales hay que destacar una en especial: los betaglucanos.
Los betaglucanos son polisacáridos formados por largas cadenas de moléculas de glucosa unidas entre sí. Son muy frecuentes en las plantas y en el salvado de los cereales. Hay muchos tipos de betaglucanos según como se unan las moléculas de glucosa y la disposición de los anillos de glucosa en la cadena (la glucosa cristaliza formando moléculas hexagonales con un átomo de carbono en cada vértice). Cada tipo de betaglucano se denominará con distintos nombres según la formas de las cadenas (alargadas, ramificadas, etc.)
Los betaglucanos de las setas medicinales tiene la propiedad de modular (potenciarlo o limitarlo) el sistema inmunitario humano (y de los mamíferos en general). Estos se conocen con el esotérico nombre de beta-1,3/1,6 glucano y a diferencia de otros compuestos químicos potenciadores del sistema inmunitario, estos tienen la ventaja de que al tiempo que estimulan el sistema inmunitario, lo controlan para que éste no se vuelva híper-reactivo.
Aparte de sus efectos sobre el sistema inmunitario los betaglucanos también han demostrado otros efectos beneficiosos sobre el organismo, tales como su capacidad de disminuir el colesterol, su efecto antioxidante y su acción antitumoral.
¿Pero cómo actúan los betaglucanos? Si bien éste es un tema que empieza a estudiarse ahora, lo que ya sí se sabe es que la mayoría de las propiedades beneficiosas de los betaglucanos se relacionan con su capacidad de activar los macrófagos.
¿Y que son los macrófagos?
Los monocitos o macrófagos son unas importantísimas células del sistema inmunitario (glóbulos blancos o leucocitos) y se encuentran presentes en miles de especies desde insectos hasta todos los mamíferos, incluido el hombre. Se supone que los macrófagos son la célula inmunitaria más antigua. En el cuerpo humano se los encuentre en todos los tejidos y en especial en los alveolos pulmonares, donde se encargan de eliminar todas las partículas y microorganismos que entran a los pulmones.
En realidad los macrófagos son monocitos activados. Los monocitos pueden activarse y transformarse en macrófagos por distintas motivos, aunque lo más normal es que sea ante la presencia de un patógeno o desechos celulares (los macrófagos se encargan de la limpieza de las células muertas). Uno de los activadores de los macrófagos son los betaglucanos.
Una vez activado, el macrófago no solo comienza a fagocitar patógenos o residuos celulares, sino que, además, segrega unos mensajeros químicos que son detectados por el Timo que en consecuencia aumenta la producción de linfocitos T (otras importantes células del sistema inmunitario).
Entre los años 1980 y 1990 un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard dirigidos por J. Czop identificaron una proteína en la membrana de los macrófagos que era activada por los betaglucanos. También descubrieron que los macrófagos activados segregaban un mensajero químico que estimulaban la producción de células y moléculas inmunitarias a nivel de la médula ósea (hematopoyesis). Investigaciones posteriores han demostrado que los betaglucanos también ayudan a la regeneración de tejidos tanto como resultado de intervenciones quirúrgicas como las producidas por radiaciones (ulceras asociadas al tratamiento con radioterapia).
Otra de las características interesantes de los macrófagos activados es que comienza a producir citoquinas antitumorales y a "comerse" células cancerosas. A continuación despliegan en su superficie de membranas algunas proteínas reconocibles de esas células cancerosas (antígenos) para que las células NK los lean y reconozcan. A partir de ese momento estas células NK ya han aprendido como encontrar y eliminar otras células cancerosas en el cuerpo que muestren los mismos antígenos. Este proceso se conoce como "cascada inmune" ya que produce la proliferación y activación de otras células inmunes, incluyendo las NK y los linfocitos T. Pero la cascada solo se iniciará cuando se activen los macrófagos, que es justamente lo que hacen los betaglucanos.
La importancia de la vitamina C
Varios estudios han demostrado que cuando los macrófagos son activados por los betaglucanos, disminuye el contenido en vitamina C de su citoplasma (los macrófagos acumulan hasta 40 veces más vitamina C que la que se encuentra en el plasma sanguíneo). Esta disminución podría afectar a la capacidad antioxidante y "eliminadora" de los macrófagos. Es esta la razón por la que han salido al mercado betaglucanos enriquecidos con vitamina C para reponer la que pierden los macrófagos en su activación.
Además, según el Dr. Fukumi Morishige, miembro del Linus Pauling Institute of Science and Medicine, la vitamina C reduce el tamaño de los betaglucanos de las setas (caso estudiado en Grifola frondosa o Maitake) mediante la ruptura de algunos enlaces de las glucosas, lo que permite un incremento de su bio-disponibilidad (traspasar más fácilmente a través de la barrera intestinal para llegar al flujo sanguíneo), lo que permite alcanzar con mayor facilidad a los macrófagos y células NK. Por lo que sugirió hace años que se tomasen importantes dosis de vitamina C junto con los extractos de Maitake.
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AHANAOA A. C.
Miguel Leopoldo Alvarado, N.D.
Fundador y Presidente
http://www.nutriologia-ortomolecular.info/