Consejos para mantener un equilibrio adecuado | ||||||||||||
Martes | 15.01.2008 | ||||||||||||
Por: Jane E. Brody | ||||||||||||
The New York Times News Service | ||||||||||||
Si bien su padre se lastimó poco más que su orgullo, McCredie quedó intrigado por qué pudiera haber ocasionado que este experimentado campista y atlético perdiera repentinamente el equilibrio. Su exploración resultante, fundamentada en ciencia e historia, dio paso a un libro, Equilibrio: En busca del sentido perdido, publicado en junio pasado por la editorial Little, Brown.
Él aprendió que el sentido del equilibrio empieza a degradarse cuando la gente ronda veintitantos años de edad y que es cuesta abajo -literal y figurativamente hablando- a partir de ahí, a menos que se apliquen medidas para conservar o restaurar esta delicada habilidad, de importancia crucial, para mantener el equilibrio. El vértigo -que puede ser ocasionado por infecciones del oído interno, baja presión arterial, heridas cerebrales, ciertos medicamentos y algunas enfermedades crónicas- es la pérdida del equilibrio al extremo.
Una de las consecuencias normales del envejecimiento es la declinación constante en los tres principales contribuyentes sensoriales para el buen equilibrio: visión, proprioceptores en las plantas de los pies, que le comunican al cerebro información acerca de la posición, así como diminutos cabellos en los canales semicirculares del oído interno que repiten información sobre gravedad y movimiento al cerebro. Si a eso se suma la pérdida de fuerza muscular y flexibilidad que típicamente acompañan al envejecimiento, entonces se tendrá una caída esperando a ocurrir en cualquier momento.
Pruebe su equilibrio Marilyn Moffat y Carlo B. Lewis, terapeutas físicos en Nueva York y Washington, respectivamente, coinciden con McCredie en que "el equilibrio es un área de bienestar físico que a menudo se pasa por alto", pero ellos buscan corregirlo en su reciente libro, Bienestar que desafía la edad (Age-Defying Fitness, editorial Peachtree Publishers). Definen el equilibrio como "la habilidad del propio cuerpo para mantener el equilibrio cuando está de pie, camina o lleva a cabo cualquier otra actividad cotidiana", como ponerse pantalones, caminar en terreno desigual o estirarse para alcanzar algo en una repisa.
Con un mostrador o un mueble firme cerca de usted, por si necesitara sostenerse, lleve a cabo la siguiente prueba: 1. Párese derecho, usando calzado sin tacón, cerrado, con los brazos cruzados sobre el pecho. Levante una pierna y doble la rodilla aproximadamente a 45 grados, active su cronómetro y cierre los ojos. 2. Permanezca en una pierna, parando el reloj de inmediato si descruza los brazos, se inclina hacia los lados más de 45 grados, mueve la pierna sobre la que está parado o si toca el suelo con la pierna que había levantado. 3. Repita esta prueba con la otra pierna. Ahora, compare su desempeño con las normas para diversas edades: A- 20 a 49 años de edad: 24 a 28 segundos. B- 50 a 59 años de edad: 21 segundos. C- 60 a 69 años de edad: 10 segundos. D- 70 a 79 años de edad: 4 segundos. E- 80 años de edad o más: En su mayoría no pueden hacerlo.
Con el fin de incrementar la estabilidad y fortalecer las piernas, párese con las piernas abiertas a la altura de los hombros y extienda los brazos al frente. Levante una pierna por atrás, doblando la rodilla en un ángulo de 45 grados. Sostenga esa posición durante cinco segundos o más, de ser posible. Repita este ejercicio cinco veces. Después, cambie de pierna. A medida que vaya mejorando, intente pararse en una sola pierna, pero con los ojos cerrados. Además, puede incorporar posiciones en un solo pie en rutinas diarias: mientras habla por teléfono, por ejemplo, cuando se cepilla los dientes, espera en una fila o un autobús, o mientras cocina y lava los platos. |
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AHANAOA A. C.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado
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