Constituyen una paranoia del sistema inmune. Este se siente "atacado" por el propio organismo. Son tratables, pero incurables Una de las principales características del sistema inmunológico es su capacidad para distinguir lo propio de lo extraño. Entre incontables moléculas presentes en el cuerpo humano, el sistema inmune debe controlar en todo momento cuales son aquellas que pertenecen y son propias de los tejidos del organismo y distinguirlas de aquellas moléculas de las bacterias, virus y demás parásitos. Esta tarea es imprescindible y fundamental para ignorar y no atacar a los tejidos de nuestro propio cuerpo (amigos) y centrarse única y exclusivamente en luchar contra organismos extraños (enemigos).
Se compone de dos partes. Un componente está constituido por los linfocitos B, que se ocupan de producir anticuerpos. Estas proteínas atacan a las sustancias extrañas y provocan que se la remueva del cuerpo. Este es el sistema inmune humoral. Otro componente está constituido por unas células llamadas linfocitos T, que atacan las sustancias extrañas directamente. Se lo llama también sistema inmune celular
Normalmente el sistema inmune puede diferenciar las diferentes partes del organismo de las sustancias extrañas o los microorganismos, atacando solamente a estas últimas. Esta es la respuesta normal. En una persona con una enfermedad autoinmune, su sistema inmunitario ataca erróneamente a células, tejidos y órganos de su propio organismo.
Causa desconocida Las enfermedades autoinmunes no son contagiosas. No se transmiten a otras personas como las infecciones o como el SIDA. Tampoco son un tipo de cáncer.
Los genes que hereda una persona contribuyen a su susceptibilidad para desarrollar una enfermedad autoinmune. Algunas enfermedades, como la psoriasis, pueden aparecer en varios miembros de la misma familia. Esto sugiere que un gen o un conjunto de genes específicos predisponen a un miembro de la familia a la psoriasis. Además, los miembros individuales de una familia con enfermedades autoinmunes pueden heredar y compartir un conjunto de genes anormales, si bien pueden desarrollar diferentes enfermedades autoinmunes. Por ejemplo, un primo hermano puede tener lupus, otro puede tener dermatomiositis y una de sus madres puede tener artritis reumatoide.
Afectan a millones de personas Muchas de las enfermedades autoinmunes son raras; sin embargo, como grupo afectan a millones de personas. La mayoría de ellas afectan más a las mujeres y en particular a las mujeres en edad laboral y durante sus años fértiles. Aunque algunas enfermedades autoinmunes aparecen más frecuentemente en determinados grupos étnicos, lo cierto es que su impacto social, económico y sanitario se extiende además de a la familia, a la organización laboral, al entorno social y a los amigos y compañeros de trabajo.
Algunas enfermedades autoinmunes • Artritis reumatoidea: inflamación de las articulaciones (muñecas, dedos, rodillas, tobillos, etc.) y de los tejidos próximos aunque también pueda afectar a algún órgano. Ocasiona mucha rigidez y dolor.
• Diabetes tipo I: en esta enfermedad autoinmune el páncreas no produce (o muy poca) insulina y se disparan los niveles de glucosa en nuestro cuerpo. La persona suele notar una sed exagerada, un gran apetito, cansancio, pérdida de peso, visión borrosa y hay una micción (orina) exageradamente abundante.
• Enfermedad de Addison: el sistema inmune ataca a la glándula suprarrenal y hay un bajo funcionamiento de la misma. Las consecuencias pueden ser muy diversas ya que esta glándula interviene en la formación de hormonas glucocorticoides, hormonas mineralocorticoides y hormonas sexuales.
• Enfermedad celíaca: el sistema inmune ataca las vellosidades del intestino delgado en respuesta a la presencia de gluten (proteína presente en la avena, cebada, centeno y trigo). El cuerpo pierde gran parte de su capacidad de absorción de nutrientes y esto puede ocasionar problemas graves.
• Enfermedad de Graves: ocasiona un hipertiroidismo ( la glándula tiroides trabajo de un modo excesivo).
• Esclerosis múltiple: el sistema inmune daña la vaina de mielina (capa que recubre y protege a las células nerviosas) y con ello los impulsos nerviosos se van bloqueando afectando progresivamente al cerebro y médula espinal.
• Lupus eritematoso sistémico: es una enfermedad autoinmune inflamatoria que puede afectar a las articulaciones, riñones, piel y otros órganos. El paciente también suele sufrir fatiga y destaca (en la mitad de los pacientes) una erupción en las mejillas y en el puente nasal en forma de mariposa (suele empeorar con la luz solar y afectar a otras zonas del cuerpo).
• Miastenia grave: hay una debilidad de los músculos "voluntarios" producido por un trastorno neuromuscular. Esto puede provocar dificultad para tragar, párpado caído, dificultad para subir escaleras, para hablar, cabeza caída, etc.
• Tiroiditis de Hashimoto: es una reacción del sistema inmunitario o inmune contra la glándula tiroides (la inflama) que suele ocasionar hipotiroidismo o bajo nivel de funcionamiento.
Tratables, pero incurables Las enfermedades autoinmunes son diagnosticadas, evaluadas, y monitoreadas mediante una combinación de estudios de anticuerpos en la sangre, pruebas sanguíneas que miden la inflamación y la función de los órganos, evaluación clínica, y estudios por imágenes. Actualmente no existe cura para las enfermedades autoinmunes, aunque en algunos casos pueden desaparecer por cuenta propia. Los tratamiento apuntan a aliviar los síntomas, y evitar la progresión de la enfermedad. |