Es por esto que la necesidad establecer medidas que prevengan y alivien el sobrepeso de los niños se convierte en una prioridad nacional de salud- no solo para los niños y sus familias sino para la sociedad en general.
A pesar de ocupar el primer lugar, México no es el único país del mundo que se enfrenta al sobrepeso. La Organización Mundial de la Salud considera a la obesidad como uno de los grandes retos de salud del sigo 21 con mil millones de adultos con problemas de peso a los que se añadirán 500 millones más en los próximos 5 años si no se hace nada al respecto. De estos, 22 millones serán niños menores de 5 años.
La probabilidad de que un niño con sobrepeso continúe con este problema en la edad adulta varía siendo del 50 % cuando la obesidad es antes de la pubertad y del 70 % en adolescentes. Los problemas de salud que estos niños tendrán van desde el ámbito psicosocial hasta el físico incluyendo diabetes, enfermedades respiratorias, reumatológicas, dermatológicas y cardiacas.
Así, programas que prevengan el sobrepeso son prioritarios y deben comprender un enfoque multidisciplinario dirigido a favorecer dietas más sanas y aumentar actividades físicas. Estadísticas de la OMS estiman que este tipo de intervenciones (aunadas al combate contra el tabaquismo) podrían prevenir el 80 % de enfermedades cardiovasculares y casos de diabetes tipo 2 así como el 40 % de cánceres lo que se reflejará en la prevención de millones de muertes.
Para aumentar la efectividad de las medidas de prevención éstas deben implementarse en etapas tempranas de la vida cuando los niños son más receptivos a cambios en sus hábitos, tanto dietéticos como de actividad física.
Intervenciones dietéticas no necesariamente deben incluir una dieta (entendida como una disminución en la ingesta total de calorías o de un grupo alimenticio en particular) sino en promover comportamientos de alimentación sanos que incluyan comidas nuevas y variadas con una composición balanceada.
La pelea contra el sedentarismo debe incluir la promoción de un estilo de vida activo que no necesariamente implica practicar un deporte.
Para que estas intervenciones sean efectivas deben incluir a las familias y a la sociedad que rodean e influyen a los niños. La meta es crear ambientes que alienten a las familias a adoptar estilos de vida más sanos un ejemplo de lo cual es el programa francés EPODE que fue capaz de disminuir el número de niños con sobrepeso mediante un enfoque integral.
Para ello se implementó un esfuerzo en distintas comunidades para prevenir el sobrepeso en niños de edad escolar que involucró desde los presidentes municipales, dueños de tiendas, maestros, médicos, farmaceutas, dueños de restaurantes, asociaciones deportivas, medios de comunicación, científicos así como distintas ramas gubernamentales. El objetivo común era el mismo: hacer que los niños comieran mejor y se movieran más. Se construyeron facilidades deportivas y parques de juego, se trazaron rutas peatonales y se contrataron instructores deportivos. Se ofrecieron cursos de cocina a las familias mientras que aquellas con alto riesgo de sobrepeso recibieron orientación individualmente.
Es evidente que cada país debe diseñar sus propias estrategias adaptadas a sus usos y costumbres pero el principio es el mismo: combatir la obesidad infantil mediante dietas balanceadas y un estilo de vida activo para mejorar el futuro de cualquier país.
A estas alturas en México no se trata ya de una opción sino de una prioridad. Es por ello que la iniciativa de prohibir las comidas chatarra en las escuelas cobra vital importancia. También importantísimo es promover la actividad física entre la población más jóven: la mayoría de los estudiantes mexicanos dedican 1.5 horas a la semana a educación física mientras que los lineamientos internacionales indican que se debe dedicar entre 1 y 2 horas diarias para mantener un perfil cardiovascular y metabólico adecuado.
El nivel de compromiso y de promoción de las distintas escuelas puede ser adaptado según la región, como se ha visto en los ya varios estados de la República que han prohibido la venta de refrescos y productos chatarra a sus alumnos. Sin embargo es una responsabilidad nacional el comprometerse y actuar para mejorar la salud de los que son el futuro de México: los niños con sobrepeso.
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AHANAOA A. C.
Miguel Leopoldo Alvarado
Fundador y Presidente