Saltillo, Coahuila.- Y es que el sobrepeso y la obesidad afectan a 26% de la población infantil, cifra que coloca a México en primer lugar en el mundo. Asimismo, el costo de la atención de la obesidad y sus consecuencias pasó de 35 mil millones de pesos en el año 2000, a 68 mil millones en 2008, y de seguir la tendencia actual, se estima que en 2017 ascienda a 167 mil millones.
Sobre el tema, el especialista Juan Rivera, indicó que los niños con crecimiento restringido durante la gestación y los primeros dos años de vida y que posteriormente aumentan excesivamente de peso tienen mayor probabilidad de presión arterial alta, diabetes, enfermedades metabólicas y cardiovasculares en la edad adulta.
En cambio, dijo, no hay evidencia de que el aumento rápido de peso o estatura durante los primeros dos años de vida incremente el riesgo de enfermedades crónicas en el futuro, por lo que es posible reducir la incidencia de enfermedades crónicas mediante el fomento de la nutrición y promoción del crecimiento desde el nacimiento.
De esta manera afirmó que la buena alimentación no requiere de una gran inversión económica, ya que se pueden consumir alimentos de temporada o que se cultivan en la localidad, no industrializados porque aumentan el costo.
Sugirió combinar proteínas y aminoácidos mediante el consumo de productos de origen animal como pollo y pescado, leche de forma moderada; además de cereales y leguminosas como frijol y tortilla, que además de ser parte de nuestras raíces, aportan una gran cantidad de proteínas.
A los recién nacidos y hasta los seis meses de edad se les debe alimentar exclusivamente con leche materna, continuada por una lactancia prolongada hasta los dos años, combinada poco a poco con carne de res, pescado, pollo, que son ricos en hierro y zinc, y son nutrientes indispensables para el buen desarrollo del menor, así como frutas, verduras, cereales y leguminosas.
El investigador puntualizó que México enfrenta el problema de la mala nutrición, que se expresa por un lado con el sobrepeso y la obesidad y, por el otro, con un déficit de nutrientes que lleva a la desnutrición.
Dijo que la desnutrición en México disminuyó entre 1999 y 2006, especialmente entre los más pobres, como resultado de la focalización de los programas y acciones pertinentes.
De acuerdo con un estudio realizado por la Secretaría de Salud, un menor debe consumir 280 calorías en promedio en la escuela, sin embargo, ingiere alrededor de 550, lo que contribuye al desarrollo de obesidad.
Es así que los lineamientos que se seguirán en las escuelas describen las características nutrimentales del tipo de productos que contribuyen a la adopción de una alimentación correcta y que son recomendables para su expendio y consumo en las escuelas de educación básica, así como aquéllos que no podrán ser distribuidos en los centros escolares.
--AHANAOA A. C.
Miguel Leopoldo Alvarado
Fundador y Presidente