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VOLUMEN I / I EPOCA

Director: Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado
Noticias y Artículos de Dietética y Nutriología Ortomolecular y Antienvejecimiento para Profesionales de la Salud

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sábado, 16 de agosto de 2008

La caída mundial de la población

La caída mundial de la población
Luis Fernández Cuervo*
Domingo, 27 de Julio de 2008
(
Primera parte)

La ignorancia es terca y atrevida. Todavía hay gente en El Salvador que presume de culta y sigue estando de acuerdo con las consignas del UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas), sin darse cuenta de que está siendo manipulada mentalmente.

En cambio, Steven W. Mosher, Presidente del Population Research Institute, lo tiene claro cuando ha escrito: "En un mundo donde los índices de natalidad están cayendo precipitadamente, el Fondo de Población de las Naciones Unidas ya debería haber cerrado sus oficinas hace tiempo. Pero vuelve a la carga con una celebración más del "Día Mundial de la Población", pretendiendo asustarnos con la amenaza de la sobrepoblación, diciéndole a las parejas que deben planear sus familias responsablemente y reciclando sus tesis antinatalistas con nuevas falacias. Afortunadamente los Estados Unidos ya no financian más estos disparates. Ningún otro país desarrollado debería hacerlo".

Tampoco en ningún otro país, pues en todos --medio desarrollados o francamente subdesarrollados-- las consignas de planificación familiar por medio del "sexo seguro" y de la "salud sexual y reproductiva", han tenido resultados siempre desastrosos.

En Europa, son muchos los periodistas que se ríen del UNFPA. Los demógrafos y los sociólogos lo desprecian o lo ven como el peor enemigo actual de la humanidad, porque sus tesis ridículas han sido desmentidas con estadísticas contundentes. Los frutos de las campañas del UNFPA, fomentando los anticonceptivos y el aborto legal, han contribuido enormemente a la difusión del sida, las enfermedades venéreas, el cáncer de cérvix uterino, los embarazos y abortos crecientes en mujeres, de edades cada vez mas bajas. Fomentan inmoralidad e infelicidad.

En EE.UU. los grupos pro-vida han conseguido que $235 millones de los fondos de impuestos a los norteamericanos se le hayan denegado al UNFPA e insisten en que se le corte todo financiamiento. Pero la mentalidad antinatalista ha contagiado a algunas figuras ilustres; así el Príncipe Felipe, el marido de la reina de Inglaterra, que culpa a la sobrepoblación del creciente precio de los alimentos, o el Dalai Lama que dijo recientemente en Seattle que la superpoblación era una cosa "muy seria, muy seria" para después afirmar algo contradictorio: "los niños son la base de nuestra esperanza, nuestro futuro depende de ellos". ¡Pero si eso es lo que están faltando, más niños!

La creencia en que más gente es más miseria es una idea falsa, arraigada en muchas cabezas, aunque los datos reales demuestran lo contrario. En los dos últimos siglos la población mundial se ha sextuplicado. De 980 millones pasó en el 2000 a 6.500 millones. Los catastrofistas quedaron en ridículo. Las guerras por hambre que Ehrlich profetizó para 1970 en su libro La bomba demográfica, no se dieron y en cifras globales los seres humanos están hoy más sanos, más ricos, mejor alimentados y con esperanzas de vida superiores.

Los problemas de hambre, desnutrición, enfermedades, etc., que existen en muchos países, son causados por mucha y profunda ignorancia, por falta de educación, y por políticas y economías tremendamente injustas. Basta ver la abundancia de políticos y profesionales latinoamericanos sinvergüenzas e incultos. Ahí no es la cantidad, sino la calidad de la gente, lo que es malo.

El demógrafo Phillip Longman, de la New American Foundation, de acuerdo con varios premios Nobel de Economía y con expertos de la talla de Julian Simon o del francés Francois Dumont, ha podido asegurar que "nunca en la historia hemos disfrutado de prosperidad económica acompañada de despoblación". La gente, dice, no es el obstáculo, sino el activo económico mayor del que depende el progreso humano: la ambición, la intuición, la perseverancia, el ingenio, la iniciativa, la imaginación, el amor. Es verdad que menos gente es menos bocas que alimentar pero también es menos inventores, menos empresarios, menos genios, menos descubridores de soluciones.

Ya escribí hace tiempo que si se hiciera una lista de las personas que han contribuido al bien de la humanidad de alguna forma, nos encontraríamos que muchos nacieron en familias numerosas y ellos no fueron ni el primogénito ni el segundo. Ejemplo, Linus Pauling, doble premio Nobel, de Física y de Química, era el hijo ¡número once! de sus padres.

El verdadero problema demográfico es que la natalidad humana está en caída libre, imparable. Cifras graves, por debajo del crecimiento cero, hay en China, Japón, Canadá, Brasil, Chile, Turquía y toda Europa. Si el encogimiento de la población se nota menos, es porque la expectativa de vida crece: hay más viejos. Pero más viejos con menos niños suponen la explosión, tarde o temprano, de la previsión social y de otros muchos males.

*Dr. en Medicina y columnista de El Diario de Hoy. luchofcuervo@gmail.com


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AHANAOA A. C.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado
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