Arterias infantiles envejecidas por obesidad
17 de Noviembre de 2008 | Referencia: Referencia: El Nuevo PaísSe suele decir que uno es tan viejo como sus arterias. Pero la obesidad desafía esta máxima, como acaba de demostrar un estudio presentado en la última reunión de la Asociación Americana del Corazón (AHA, sus siglas en inglés), celebrada esta semana en Nueva Orleans (Estados Unidos). La investigación examinó mediante ultrasonidos (con un ecógrafo Doppler) la pared interna de las arterias carótidas (del cuello) de un grupo de 70 niños de unos 13 años; 40 de ellos eran obesos. La sorpresa fue que las de estos últimos presentaban el aspecto propio de una persona de 45 primaveras.
Los vasos de los menores pasados de peso exhibían placas de grasa atípicas para su edad que, según los autores del trabajo, un equipo estadounidense, les hacen susceptibles a sufrir un infarto de miocardio o un ictus (infarto cerebral) prematuramente, incluso a los 30 años.
El hallazgo constata una vez más las complicaciones de salud que puede acarrear la creciente epidemia de obesidad infantil que se extiende por muchos países desarrollados, entre ellos España. Y que las consecuencias cardiovasculares ya empiezan a gestarse a edades muy tempranas.
Los pequeños participantes en el estudio presentaban un riesgo cardiovascular superior al de otros chavales de su edad por tener antecedentes familiares de dolencias de este tipo y porque tenían niveles altos de colesterol LDL (el malo) en su sangre, bajos del colesterol HDL (el bueno) y elevadas concentraciones de otro tipo de grasas denominadas triglicéridos. Además, 40 tenían un índice de masa corporal por encima de lo recomendable y que indicaba que eran obesos.
El análisis se centró en determinar el grosor de la capa de tejido que recubre el interior de sus arterias carótidas (las que nutren de sangre al cerebro). La edad vascular se estableció evaluando, mediante la citada prueba de imagen, el nivel de engrosamiento de esta estructura.
Los investigadores se encontraron con que los vasos de esos pequeños mostraban el aspecto envejecido típico de una persona tres décadas mayor que ellos. Al analizar las características de cada menor, observaron que la asociación de la obesidad con unas cifras elevadas de triglicéridos en sangre se vinculaban estrechamente con el envejecimiento vascular de los pequeños. Por eso instan a los médicos a estar alerta a esta combinación cuando se encuentren ante un menor obeso, ya que puede correr el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular.
La acumulación de depósitos de grasa en las paredes de las arterias (lo que se conoce como placa de ateroma), puede ocasionar el estrechamiento de la luz del vaso y entorpecer el riego sanguíneo. Si la placa se rompe, propicia la formación de un coágulo y este evento es el origen de los infartos, tanto cerebrales como cardíacos.
Los investigadores hacen hincapié en el hecho de que este proceso, denominado aterosclerosis, se puede revertir si se adoptan cambios en el estilo de vida, como modificar la dieta para perder peso e introducir la práctica de ejercicio físico. En algunos casos, también puede ser recomendable administrar fármacos reductores del colesterol, como las estatinas. En Estados Unidos se contempla su uso a partir de los ocho años, una medida que ha generado polémica en Europa. No obstante, se precisan nuevos estudios para determinar con claridad su impacto sobre la placa arterial infantil.
--
AHANAOA A. C.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado
http://www.nutriologiaortomolecular.org/
http://www.seattlees.com/
