Por Juliett Morales
Los Neandertales se extinguieron hace alrededor de 30 mil años sin dejar otra huella que sus restos. Una de las teorías más aceptadas sobre las causas de su desaparición es la posibilidad de que perdieran la lucha por la supervivencia contra los Homo Sapiens.
Sea cual fuere lo que ocurrió en esa época prehistórica, los restos de huesos y herramientas que dejaron -en las zonas que habitaron- cuentan la historia de sus hábitos y costumbres, una muestra de su capacidad e inteligencia, mayor de lo que pudiéramos imaginarnos.
Especialmente relevantes son los más recientes hallazgos paleoantropológicos sobre los hábitos dietéticos de los Homo Neanderthalensis durante el Paleolítico Medio y Superior, en dos yacimientos al este del Peñón de Gibraltar, las Cuevas de Vanguardia y Gorham, localizadas en la Playa Gobernador, península ibérica.
Las excavaciones hechas por un equipo de científicos británicos y españoles muestran que esa especie humana además de incluir en su "menú" animales terrestres, comía pescados, mariscos, quelonios y -lo más sorprendente- mamíferos marinos como focas y delfines.
Tan importante descubrimiento por expertos del Museo de Historia Natural de Londres, la Universidad de Oxford y las Universidades de Huelva y Granada, entre otras prestigiosas instituciones, se publicó en la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Science (PNAS).
COMO LOS ESQUIMALES
No menos asombroso para los científicos resultó la habilidad de los Homo Neanderthalensis como carniceros. Ellos trozaban la carne de una forma similar a la observada en estudios etnográficos entre los Inuits, tribu que habita regiones del polo norte.
"Los delfines eran cortados por las articulaciones, y la piel sacada en una sola pieza. Las aletas delanteras y las traseras eran extraídas y quedaba solo la cabeza, la columna vertebral y el hueso de la parte posterior", citaron los científicos en la revista.
Lo hallado en la Cueva de Vanguardia en diferentes niveles estratigráficos fue comparado con las de Abric Romani, en Barcelona, España, un sitio que se caracterizó por las recurrentes ocupaciones de neandertales durante un extenso período.
A partir de ese cotejo los científicos creen que el área excavada en Vanguardia correspondió a un lugar en que se cortaba la carne de los animales, aunque no se hallaron restos de cocción.
Sin embargo, se observaron manchas rojizas en huesos de mamíferos. La reproducción de cómo los neandertales pudieron preparar la carne, sugirió que las manchas aparecieron cuando los huesos fueron expuestos directamente al fuego para fracturarlos con mayor facilidad y extraer el tuétano.
La comparación entre los distintos niveles estratigráficos muestra la similitud de la fauna durante el Paleolítico Medio y el Superior.
VARIEDAD DE LA FAUNA
La variedad de vertebrados e invertebrados en el Pleistoceno tardío presente en las Cuevas de Vanguardia y Gorham, son una muestra de que el clima Mediterráneo era relativamente templado y húmedo, no muy diferente del existente en el sur de la Península Ibérica en la actualidad.
De los mamíferos marinos, la foca fraile mediterránea (Monachus Monachus), hoy en grave riesgo de extinción, era muy abundante en las aguas del Mediterráneo, el Mar Negro y a lo largo de la costa noroeste de Africa.
En la actualidad, esa especie de pinnípedo sobrevive en la costa mediterránea de Marruecos, mientras que las poblaciones de delfines nariz de botella gozan aún de muy buena salud y abundan en aguas cálidas.
Los hallazgos de Vanguardia y Gorham no arrojan luz a las causas de la desaparición de los Neandertales, pero si revelan los hábitos dietéticos de esa especie de ser humano, que tal vez perdió la guerra por la supervivencia contra los homo sapiens.
El 6 de septiembre de 1856, el periódico Elberfelder publicó que los restos extraídos de una cantera en el valle Neander, Alemania, cercano a Dusseldorf, "era un miembro de la familia humana que todavía existe en la parte oeste de Estados Unidos".
Una de las tantas interrogantes que se "barajó" es si el cráneo y los huesos hallados allí pertenecían a los habitantes originarios de la Europa Central o de las hordas de Atila.
Pero los análisis de los restos óseos hechos por el científico alemán Johann Carl Fuhlrott, revelaron que pertenecían a un hombre prehistórico.
El descubrimiento del profesor contradijo la tradicional enseñanza religiosa sobre la creación existente entonces.
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AHANAOA A. C.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado
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