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VOLUMEN I / I EPOCA

Director: Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado
Noticias y Artículos de Dietética y Nutriología Ortomolecular y Antienvejecimiento para Profesionales de la Salud

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martes, 11 de agosto de 2009

PRODIGIOS DE LAS ABEJAS: EL PROPÓLEOS Y LA JALEA REAL

PROPÓLEOS

 

PRODIGIOS DE LAS ABEJAS: EL PROPÓLEOS Y LA JALEA REAL

 

Por Amelia Galdo Fernández

 

Antecedentes históricos

La miel de abejas, el propóleos, la jalea real y el polen son productos de la colmena que resultan de interés por el gran número de propiedades medicinales y nutritivas que se les atribuyen.

 

Los productos de las abejas (Apis mellífera), han sido utilizados por el hombre desde la Edad de Piedra hasta nuestros días con fines medicinales y nutritivos. Entre ellos, el propóleos (própolis) está siendo objeto de numerosos estudios en la actualidad, aunque se conoce que ya era utilizado en el antiguo Egipto, donde los sacerdotes lo utilizaban frecuentemente como sustancia medicinal y como componente de los ungüentos y cremas de embalsamar. De los griegos recibimos su nombre (pro: delante de, y polis: ciudad). Aristóteles lo considera como "remedio para las infecciones de la piel, llagas y supuraciones". Galeno, en el siglo II, menciona el própolis en sus trabajos, y el famoso médico y filósofo persa del siglo XI, Avicena, dice del mismo: "Tiene la cualidad de eliminar las puntas de flechas y las espinas, vivifica, limpia fácilmente y ablanda fuertemente." Entre los años 1899 y 1902, en la guerra Anglo-Boer en el cono sur africano, esta sustancia se empleó en la cura eficaz de heridas infectadas y como sustancia cicatrizante (en aquel entonces se desconocían los antibióticos). Las abejas lo utilizan como cemento para la colmena existiendo evidencias de que la protegen de hongos, bacterias y otros invasores.

 

Composición del propóleos

Por mucho tiempo se creyó que el propóleos era una sustancia producida por la abeja, hasta que se determinó que provenía de una fina película resinosa protectora de la yema de los árboles (álamo, sauce, abedul, aliso, castaño silvestre, pino, enebro) y de algunas plantas herbáceas. Con sus mandíbulas, la abeja recorta los fragmentos y los transporta en las cestas de las patas posteriores, como el polen. Rápidamente depositado en la colmena, es mezclado con las secreciones salivares de las obreras y una proporción variable de cera, para formar una pasta que será directamente utilizada en función de las necesidades.

 

Esta sustancia resinosa, con la que recubren las paredes de la colmena, tiene ciertas propiedades físicoquímicas que dependen en cierta medida  de su origen vegetal y del clima. Es un sólido de consistencia variable, cuya temperatura de fusión varía entre 60 a 70 °C, llegando en algunos casos hasta 100 °C, su color oscila del amarillo claro al marrón (el de Cuba: pardo, verde y rojizo), de olor generalmente agradable, por su origen vegetal o predominante a cera, y de sabor fuerte y picante.

 

La composición porcentual de sus componentes pueden estimarse en: 50-55% de resinas y bálsamos; 20-35% de ceras; 5-10% de aceites esenciales o volátiles; 5% de polen; 5% de diversos compuestos orgánicos y minerales. Entre estos se encuentran más de 40 flavonoides (flavonas, flavanoles y flavononas), compuestos fenólicos, aldehídos aromáticos alifáticos, compuestos terpénicos, ácidos grasos, aminoácidos (arginina, prolina), vitaminas (entre ellas, la vitamina A y las vitaminas del grupo B) y oligoelementos (cobalto, cobre, hierro, magnesio, manganeso, selenio, zinc). Se han logrado identificar hasta 200 componentes diferentes, a muchos de los cuales se les atribuyen importantes acciones farmacológicas. Entre las sustancias caracterizadas en el propóleos se encuentran antimicrobianos, antivirales, analgésicos, antioxidantes y antitumorales. Estudios científicos llevados a cabo por diversos investigadores en todo el mundo han demostrado que el efecto del propóleo se consigue gracias a la acción sinérgica de todos sus componentes.

 

Uso y conservación

Diversos investigadores en el mundo reportan acerca de la efectividad del propóleos en la cura de heridas sépticas, y en diversas afecciones médicas y  estomatológicas (micosis, alveolitis, aftas, úlceras, faringitis, gingivitis, etc.), lo que corrobora su acción bactericida, antifúngica, antimicrobiana y cicatrizante. Tiene un gran número de indicaciones médicas, muchas de las cuales están siendo objeto de estudio y requieren ensayos clínicos. El propóleos se muestra eficaz para eliminar parásitos, como, Trichomonas, Trypanosoma cruzi, Giardia lamblia, Toxoplasma gondii. Se contemplan perspectivas terapéuticas del propóleos en el tratamiento de enfermedades como el cáncer. 

 

El propóleos es un producto fácil de conservar, siendo aconsejable hacerlo en envases herméticos, al abrigo de la luz y el calor. Para disfrutar de todas sus propiedades es recomendable emplear el propóleos lo más fresco posible.

 

En forma liofilizada se asegura la conservación de todas sus propiedades y la composición química del producto por un tiempo casi ilimitado. Se emplea como extracto, seco, en disolución, en cremas, siendo comercializado como producto farmacéutico y en formulaciones de cosméticos.

 

Para su uso terapéutico, se utiliza por vía oral en forma de tinturas, gránulos, cápsulas, otras formas de administración interna son los óvulos y supositorios y por vía externa en forma de polvos, cremas, ungüentos y aerosoles. En estomatología, por ejemplo, se utilizan los comprimidos a base de extractos de propóleos para curar las inflamaciones agudas o crónicas de la mucosa bucal, los cuidados de esta zona puede ser completados con dentríficos, gomas de mascar y soluciones para enjuagues bucales. En cosmetología, existe en loción, gel, crema, jabón, champú, lápiz de labios, y dentríficos.

 

El propóleos en Cuba

Las formulaciones cubanas  son variadas, de acuerdo al uso que se le destina. Las indicaciones médicas son imprescindibles a la hora de su utilización. En algunas personas, la inhalación de propóleos implica el riesgo de una crisis de asma y la aplicación tópica (en la piel) puede provocar una dermatitis alérgica. Algunas fuentes no lo recomiendan por vía oral a hipotensos, hipoglicémicos o embarazadas.

 

En Cuba, se ha utilizado con éxito el propomiel, una mezcla estandarizada de miel y de extracto específico de propóleos en los diferentes servicios hospitalarios y más particularmente sobre las heridas sobreinfectadas de las grandes quemaduras.

 

La Jalea Real

En 1740, Ferchaut de Réaumur, primer biólogo experimental, confirma el tratamiento privilegiado que le estaba reservado a la reina y en 1788, el zoologista suizo François Huber consagra la llamada "Jalea Real" como la sustancia destinada a la "Educación de las reinas". Finalmente, los descubrimientos de Belferer en 1938 hicieron de él, el "padre" moderno de la jalea real. Elaborada en las glándulas hipofaríngeas o supracerebrales de las abejas nodrizas (obreras de 5 a 10 días de edad), a partir de miel, néctar y agua que recogen del exterior, mezcladas con saliva, hormonas y vitaminas en su interior.

 

Se destina a alimentar a las larvas obreras y zánganos hasta su tercer día, a las larvas reinas hasta el quinto día y a la reina adulta durante toda su vida. Gracias a sus propiedades nutritivas, las larvas reinas se forman en 15 días mientras que las obreras precisan 21 días. La abeja reina tiene una vida de unos 5 años, mientras que las obreras sólo 30 a 45 días, todo lo cual sugiere que el consumo de tan extraordinario alimento hace que tengan un ciclo evolutivo tan diferenciado. 

 

La jalea real es una sustancia cremosa, de color blanco amarillento, con olor levemente picante y sabor fuertemente ácido. Su composición media es: agua 60%, glúcidos o carbohidratos 14,5%, lípidos o grasas 4,5%, prótidos 13% (en su mayor parte bajo la forma de aminoácidos, enzimas y vitaminas), sustancias minerales y oligoelementos 1%. Contiene más de 12 clases diferentes de proteínas, aminoácidos (histidina, lisina, arginina, ácido aspártico, treonina, serina, ácido glutámico, prolina, glicina, alanina, valina, isoleucina, leucina, tirosina y fenilalanina), corticosteroides (prednisolona, cortisona, dexametasona y otros) y agentes anabólicos (beta-estradiol, testosterona y progesterona).

 

Es rica en vitaminas del complejo B (tiamina, riboflavina, piridoxina, nicotidamina, ácido pantoténico, inositol, biotina y ácido fólico) y otras como Vitamina A, C, D y E. Oligoelementos como sodio, potasio, fósforo, magnesio, calcio, manganeso, hierro y cinc. Los carbohidratos de su fracción azucarada se identifican como ribosa, fructosa, glucosa, sacarosa, manosa, tetralosa, eritriol y manitol y los ácidos orgánicos málico, láctico y cítrico, a los que se atribuye una influencia sobre la calidad microbiológica y la actividad bacteriostática de esta sustancia natural. De la fracción lipídica 85% es ácido graso libre; y de esa proporción, 68% corresponde al ácido 10-hidroxi-2-decenoico. El contenido de este ácido se considera generalmente como el índice de pureza de la jalea real.

 

La fama de este producto natural como mágico o curalotodo ha posibilitado que sea usado ampliamente en el mundo como reconstituyente de la salud humana. Sus potencialidades terapéuticas son diversas, dada la composición tan valiosa que tiene. Se considera que: favorece la recuperación en períodos de estrés o fatiga, en estados post-operatorios y durante la convalecencia de enfermedades, retarda los signos de envejecimiento, ayuda a recuperar el apetito, tiene acción vasodilatadora (útil como preventivo de enfermedades cardiovasculares), favorece la proliferación de glóbulos rojos y refuerza el sistema inmunitario.

 

Estudios clínicos realizados en nuestro país han confirmado  que la jalea real mejora el estado nutricional del adulto mayor y que resulta eficaz en el tratamiento de pacientes pediátricos con estados de inmunodeficiencias celulares adquiridas, y que ejerce acciones sobre el sistema inmune y la hemoglobina. Las dosis establecidas fueron de 200 a 600 mg diarios de acuerdo a los grupos etarios considerados. Además, no se conocen contraindicaciones y no engorda. Se plantea que es muy difícil conservarla en estado natural, por lo que se presenta generalmente liofilizada, manteniendo así sus propiedades nutritivas inalterables, ya que el proceso de deterioro de la jalea real puede quedar interrumpido de manera casi indefinida. Se comercializa, en comprimidos y cápsulas, en formulaciones simples o compuestas.

 

Como suplemento nutricional es recomendada para niños, ancianos y personas debilitadas. La dosis diaria de 300 mg aporta proteínas (40,4 mg), carbohidratos (754,4 mg), lípidos  (77,4 mg), con un valor calórico total de 3,87 kcal.

 

Curioso...

Las abejas reinas alcanzan el doble de tamaño y pesan hasta un 40% más que las obreras.

Las abejas barnizan con una fina capa de propóleos el interior de las celdas, antes de que la reina ponga los huevos o almacenen la  miel y el polen. Cada colmena abriga de 40.000 a 60.000 individuos, cuya actividad de pecoreo incluye cerca de 10.000 entradas al día. El volumen de ese recinto es inferior a los 50 dm 3, la temperatura entre 35 y 37 °C, la humedad relativa del 70% y tiene un alto contenido en azúcares, condiciones ideales para el desarrollo microbiano. Sin embargo, la colmena mantiene condiciones asépticas.

 

Fuente: http://www.sld.cu/saludvida/



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AHANAOA A. C.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado
http://www.nutriologiaortomolecular.org/
http://www.seattlees.com/

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