Combs anunció que el nuevo programa de subvenciones Texas Fitness Now, es para los estudiantes de escuela media que asisten a escuelas donde la matriculación es por lo menos 75% económicamente desfavorecida.
"Texas Fitness Now brindará dinero para nuestras escuelas", señaló Combs. "La obesidad infantil y la diabetes tipo 2 en los niños es una epidemia que nosotros, como estado, debemos atender ahora.
La obesidad le costó a los negocios de Texas aproximadamente 3.3 billones de dólares en el 2005 y pudiera costarle a los empleadores 15.8 billones de dólares anualmente para el 2025 si esta tendencia continúa".
Aproximadamente 700 escuelas cumplirán con los requisitos para obtener las subvenciones de Texas Fitness Now. La mínima subvención es de mil 500 dólares, y las escuelas pueden obtener más, en base a su matriculación.
Más de 270 mil estudiantes pudieran beneficiarse gracias a estas subvenciones.
"La oficina del Cirujano General de Estados Unidos informó que los niños con sobrepeso pueden convertirse en adultos con sobrepeso u obesos por un 70 por ciento", agregó Combs.
"Texas Fitness Now ayudará a enseñar a los niños la importancia de la actividad física y de la salud y presentar la base para una vida de elecciones y estilos de vida sanos".
Combs aseguró financiamiento para las subvenciones en el presupuesto estatal 2008-09 y desarrolló las reglas para el programa Texas Fitness Now en conjunto.
LOS MALOS HÁBITOS
La obesidad se ha convertido en un "handicape", anglicismo que indica desventaja frente a otros y que está determinado por su severidad y por la situación que lo enmarca.
A diferencia de una persona discapacitada, la cual está impedida o entorpecida en alguna de las actividades cotidianas consideradas normales, por alteración de sus funciones intelectuales o físicas.
Las personas afectadas por sobrepeso y obesidad son, a menudo, víctimas de estigmatización y discriminación a todas las edades y en todas las esferas sociales y laborales.
En el mundo contemporáneo, en el cual la lucha por sobrevivir, se basa en la capacidad de alcanzar una vida personal, familiar, social y laboral "perfecta", donde el que no luche por dicho esquema no entra en la competencia desenfrenada por aquel sueño imposible, y por ello, frustrante.
Los cambios constantes de una sociedad que ha modificado los parámetros de salud mental y física, por el de la satisfacción pronta e inaplazable de los deseos, mezclada con una insatisfacción permanente por lograr las metas que nos ha impuesto, nos ha llevado a circular en un solo sentido.
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También es hora de reconocer la lucha sin tregua de estas personas, entender los desafíos que enfrentan y apoyar su esfuerzo durante toda la vida para tener una mejor salud, retomando los hábitos de vida saludable.
Luchar contra las constantes tentaciones que existen en el mercado no es una labor fácil ya que la modernidad nos ha llevado a que cada vez tengamos menos tiempo para preparar e incluso consumir los alimentos.
Hay que cambiar la forma de ver la alimentación y entender su importancia. Nuestro sistema de vida que incluye la alimentación y la actividad física, son los cimientos de nuestra vejez.
Lo que hace que algunas personas respondan de forma diferente, unas guardando más energía en la abundancia y otra quemando menos grasa en épocas de escasez, tiene relación con sus genes.
La herencia es algo que no podemos modificar, pero nuestra forma de vida puede influir positiva o negativamente en su comportamiento. Los genes no son una condena del destino, la obesidad se puede prevenir o controlar con una combinación de dieta, actividad física y medicamentos.
En muy contadas ocasiones, las personas sufren mutaciones en genes individuales que resultan en una obesidad severa que se inicia en la infancia. El estudio de estos individuos ofrece conocimientos sobre los complejos mecanismos que regulan la ingesta y el gasto de energía.
Pero la prevención sigue siendo el mejor frente de acción contra la obesidad.
EL METABOLISMO
El metabolismo del ser humano, está marcado por miles de años de evolución. Tratando de perfeccionar la capacidad de adaptarse a los cambios, y guardar energía en forma de grasa en ambientes caracterizados por frágiles cadenas alimentarias.
En otras palabras, quienes eran capaces de guardar energía en tiempos de abundancia, tenían mayores probabilidades de sobrevivir durante los períodos de hambrunas y trasmitir esta tendencia a sus descendientes.
Esta ha sido la forma de supervivencia del ser humano desde sus orígenes, pero los cambios sociales, que han afectado la forma de ejercitarnos y alimentarnos han sido tan rápidos, que no han permitido rediseñar una nueva forma de almacenaje de energía.
A pesar de la variación diaria en la ingestión de calorías y la actividad física en un individuo normal, es meritorio mantener un peso corporal estable.
Debido a la importancia fisiológica que tiene conservar reservas de energía, es muy difícil bajar de peso voluntariamente sin recuperarlo luego. El almacenamiento de grasa está regulado durante períodos largos de tiempo por sistemas complejos de interacción entre el tejido graso, el cerebro y las glándulas endocrinas, como el páncreas y la tiroides.
El sobrepeso y la obesidad pueden resultar de un sutil desequilibrio de mayor ingestión de energía durante un período largo de tiempo, lo que significa llenar las reservas sin tener períodos de escasez en el cual gastarlas.
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AHANAOA A. C.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado
http://www.nutriologiaortomolecular.org/
http://www.seattlees.com/