La presión arterial de los jóvenes de Estados Unidos se dispara por la obesidad
ANNA GRAU
SERVICIO ESPECIAL
NUEVA YORK. La hipertensión se está disparando entre los niños y adolescentes norteamericanos, a la par que la obesidad. Eso no es nuevo, pero empieza a ser preocupante, y lo peor es que implica un retroceso: si un 11% de menores en los Estados Unidos tenía este problema en 1980, los índices bajaron 2,7 puntos en un sondeo correspondiente al período 1988-1994. El último de los sondeos disponibles, realizado entre 1999 y 2002, reveló un nuevo incremento del 3,7% de hipertensos.
Y esto no lo dice cualquiera. Los sondeos están hechos por el gobierno y las cifras las maneja la asociación americana de cardiólogos. Incluso han acuñado una fórmula para relacionar obesidad infantil e hipertensión: calculan que a cada centímetro extra de cintura, corresponde un 10% más de probabilidad de hipertensión, o un 5% de probabilidad de pre-hipertensión.
La pre-hipertensión se produce cuando la presión arterial sistólica (la que hay en los vasos sanguíneos cuando el corazón late) está sistemáticamente entre 120 y 139 y la presión diastólica (cuando el corazón está en reposo) entre 80 y 89. Es la antesala de la hipertensión propiamente dicha, si no se ataja a tiempo.
Una verdadera pandemia
Los cardiólogos americanos advierten de que, o se toman medidas ya, o en pocos años habrá que hacer frente a una verdadera pandemia de enfermedades cardiovasculares en adultos jóvenes. Los menores de sexo masculino y de etnia mexicana encabezan las estadísticas de propensión a la hipertensión infantil, pero no las explican por sí mismos. Los mexicanos fueron incluidos en estos sondeos del gobierno norteamericano en el año 1982, es decir, antes de la bonanza acaecida entre 1988 y 1994. Hay muchos gringos cuya sangre a duras penas puede con lo que pesan y comen.
No es la primera vez que América se asoma con pavor a los resultados de la desastrosa cultura dietética en que viven sumidos miles de millones de sus habitantes. Ciertamente, no todos; por lo mismo que en Estados Unidos se ven los mayores y más gordos idólatras de la hamburguesa con patatas fritas del planeta, también se ve una de las reacciones más duras, en forma de movimiento a favor de la comida sana, exigente y orgánica.
Pero las cifras demuestran que por ahora las superféculas y los aceites pesados ganan la partida, sobre todo entre las clases menos pudientes. La comida más sana es también la más cara. Millones de americanos nunca levantan la cabeza de la comida basura.
El 11% de niños y adolescentes con sobrepeso e hipertensión que la Asociación del Corazón ha detectado, coinciden casi al punto con el 12% de menores sin seguro médico que hay ahora mismo en los Estados Unidos. Otro obstáculo para diagnosticar y tratar correctamente el problema.
Abandono dietético
Hay quien en cambio cree que es precisamente la América próspera, pero inconsciente, la que se retrata en estos estudios, y la que debería empezar a prescindir de su filosofía de la satisfacción rápida y la chuchería constante. El abandono dietético en que muchos padres estadounidenses dejan a sus hijos durante sus largas y ambiciosas jornadas de trabajo se sumaría a la «libertad» con que los menores pasan horas y horas jugando en el ordenado o la consola, en lugar de estudiando o haciendo ejercicio físico.
AHANAOA A. C.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado Saldana
Fundador y presidente.