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IMPORTANCIA DEL ÁCIDO GAMMA-LINOLÉNICO EN LA SALUD Y EN LA NUTRICIÓN
El ácido gamma-linolénico está calificado por la (1977) como ácido graso esencial (EFA), pues debe ser suministrado en la dieta, ya que aunque normalmente puede ser sintetizado por el organismo, existen numerosas circunstancias en que es necesario un aporte suplementario. Investigaciones recientes han indicado que la etiología de ciertas enfermedades se deriva de una relativa deficiencia, tanto del ácido g-linolénico como de sus homólogos, ácido dihomo-g-linolénico (DGLA, 20:3n6) y ácido araquidónico (AA, 20:4n6).
El ácido g-linolénico, y en general los ácidos grasos esenciales (EFAs) n6, son atípicos entre los nutrientes esenciales por la dificultad para determinar cuales son los requerimientos mínimos diarios. La determinación tradicional de la deficiencia en EFAs n-6 ha sido la medida de la ratio 20:3n9/20:4n6 en la sangre o en los tejidos. En condiciones normales esta ratio ha de ser inferior a 0,1 debido a que el metabolismo de los ácidos n-9 está inhibido por competición en la etapa de la D-6-desaturasa ante la presencia de niveles normales de ácido linoleico. Sin embargo, y debido a que las mismas anormalidades que afectan al metabolismo de los EFAs n-6 pueden afectar al metabolismo de los ácidos n-9, este indicador no es muy fiable. Actualmente existe el consenso de utilizar como medida de la deficiencia en EFAs la composición de ácidos grasos de la fracción fosfolipídica total del plasma y los glóbulos rojos y compararla a la considerada normal en la población. La fracción fosfolipídica total (TPL) se escoge por presentar escasa variación respecto a diferentes dietas, ya que parece estar sujeta a regulación homeostática.
Estudios en animales con dietas carentes de o bajas en grasas han indicado que cerca del 1% de las calorías deben ser aportadas en forma de ácido linoleico (18:2n6), mientras que si se suministra como GLA o como araquidónico la cantidad necesaria para suplir los efectos de las deficiencias en EFAs n-6 es mucho menor, lo que indica que la acción del LA se realiza en parte a través de sus metabolitos. Sin embargo, a pesar de que la dieta en occidentales es rica en ácido linoleico, en situaciones reales en animales y en humanos, diversos factores pueden incrementar la demanda de ácidos grasos esenciales, haciéndose necesario un aporte suplementario con metabolitos del LA:
1. La tasa de conversión endógena del LA a GLA y ulteriores metabolitos es relativamente lenta en humanos, estimándose entre el 5-10 % del LA diariamente consumido en la dieta, en una situación fisiológicamente normal.
2. Las necesidades de EFAs n6 pueden verse aumentadas en situaciones de elevadas tasas de división celular. Esta situación puede ser fisiológica (como en la infancia) o patológica (como en procesos cancerígenos, inflamatorios o de reparación celular tras heridas). En estos casos existe un anormalmente elevado consumo de EFAs.
3. Los PUFA pueden ser oxidados para aportar energía, como lo puede hacer cualquier otro lípido. Hay algunas evidencias que indican que pueden estar levemente protegidos contra la oxidación pero esta protección no es absoluta. En situaciones metabólicas donde los ácidos puedan ser oxidados, los requisitos pueden verse incrementados.
4. Tanto en muchas reacciones enzimáticas como en su función estructural los EFAs pueden ser desplazados competitivamente por ácidos grasos no esenciales como ácidos saturados, monoinsaturados o isómeros posicionales o isómeros en trans de ácidos grasos insaturados, de tal forma que un elevado consumo de estos ácidos grasos no esenciales en la dieta puede conducir a un aumento de las necesidades de los ácidos grasos poliinsaturados esenciales. Existe un sustancial consumo en los países occidentales de estos isómeros en posición trans, generados en el procesamiento de aceites vegetales, los cuales no sólo carecen de la actividad biológica de los EFAs sino que interfieren en su metabolismo.
5. Como el ácido linoleico por sí mismo tiene una efectividad biológica limitada y debe ser transformado hasta GLA y ulteriores metabolitos para ejercer sus efectos fisiológicos, cualquier interferencia en el proceso metabólico de los EFAs n-6 desemboca en un incremento de los requisitos de ácidos grasos esenciales. Diversos factores pueden bloquear la formación del GLA desde el ácido linoleico: envejecimiento, diabetes, consumo elevado de alcohol, hormonas relacionadas con el estrés, elevados niveles de colesterol, infecciones víricas y factores nutricionales como magnesio, biotina, cinc, piridoxina y calcio. El mecanismo que explica este bloqueo es la inhibición de la enzima D-6-desaturasa, que tiene como función la deshidrogenación o desaturación del ácido linoleico.
6. La edad y el sexo tienen también destacada importancia sobre las necesidades de ácidos grasos esenciales. Estudios sobre animales dieron como resultado que los machos necesitaban mayor aporte que las hembras. Esto es en parte tanto porque su metabolismo del ácido linoleico es más rápido y como por retener los EFAs en los tejidos con mayor efectividad ante situaciones de deficiencia.
7. Un excesivo consumo de metabolitos del LA que rompa el equilibrio con las tasas normales de biosíntesis puede darse en ciertas situaciones como excesiva oxidación, enzimática o no, para producir energía; elevadas tasas de división celular, como en reacciones inflamatorias o en el cáncer; movilización de EFAs, principalmente AA, para su conversión en metabolitos ante infecciones víricas; y por último, ha sido documentado un mayor consumo de EFAs en animales machos que en hembras.
Empleo nutricional del GLA
Como tan sólo alrededor de un 5-10 % del ácido linoleico tomado a diario en la dieta puede ser metabolizado hacia GLA, la tasa de formación endógena en un adulto de 60 kg que consuma en la dieta unos 5-20 g/día de LA será del orden de 250-1000 mg/kg/día. Teniendo estos datos en cuenta, la administración suplementaria de GLA con fines nutricionales puede ser necesaria en los casos siguientes:
Alimentación infantil
La leche humana es bastante rica en EFAs de ambas series que ya hayan sufrido la desaturación en posición 6, como GLA, DGLA, AA, EPA y DHA. Contiene de 100-400 mg/litro de GLA+DGLA. Teniendo en cuenta que un bebé de 5 Kg consume alrededor de 1 litro de leche diario, la toma diaria de dichos metabolitos en un niño íntegramente amamantado rondar los 20-80 mg/Kg/día.
Dicha composición de la leche materna puede dirigirse a suplir la posiblemente escasa actividad D-6-desaturasa de LA y ALA en los recién nacidos. La leche artificial, que ha de proveer al bebé de todos los nutrientes esenciales para el normal desarrollo, del cerebro, ojos y otros tejidos, debe contener cantidades análogas de EFAs a los de la leche materna, particularmente EPA y GLA. La mayoría de las fórmulas infantiles comerciales carecen de dichos metabolitos, conteniendo tan sólo algunas LA y ALA, insuficientes para una adecuada nutrición infantil. Tan sólo en Japón viene empleándose comercialmente una fórmula que mezcla leche infantil con aceite de onagra (rico en GLA).
Alimentación de ancianos
La actividad D-6-desaturasa se ve reducida con la edad, lo que produce una caída de los niveles plasmáticos de GLA y DGL. Dicha caída puede compensarse administrando GLA directamente, lo que paradójicamente, produce además una estimulación de la actividad endógena de la D-6-desaturasa. Asimismo, el GLA parece estimular el metabolismo del ALA y la síntesis de metabolitos n-3, incrementando los niveles de EPA y DHA. Asimismo actúa estimulando la biosíntesis de prostaglandinas. Aún están por determinar las cantidades que es necesario administrar a los ancianos para compensar dicha inactivación enzimática, pero suponiendo un descenso del 50% respecto a la tasa endógena normal de formación de metabolitos del LA (250-1000 mg/día), el suplemento de GLA necesario estaría entre 125-500 mg por día.
Otros usos nutricionales
Aparte los indicados, existen situaciones en cualquier grupo de edad donde se requiere un aporte suplementario de GLA para cubrir las necesidades nutricionales de EFAs n-6. Estrés, dieta pobre o inadecuada y alcoholismo son condiciones en las que se ve inhibida la D-6-desaturasa, lo que origina deficiencias en ácidos esenciales.
Usos terapéuticos del GLA
La idea del empleo terapéutico del ácido g-linolénico ha ido creciendo en interés desde que se autorizaron los primeros productos farmacéuticos que contenían este ácido, debido a sus positivos efectos fisiológicos, a su baja toxicidad y a su carencia de efectos secundarios importantes en comparación con otros fármacos. En el tratamiento de algunas enfermedades con deficiencias en EFAs como la , la toma diaria de grandes cantidades de ácido linoleico ha dado resultados satisfactorios. Sin embargo, cuando la deficiencia se origina en la inhibición de la D-6-desaturasa el LA se muestra inefectivo. Además, las dosis terapéuticas de GLA son considerablemente inferiores a las requeridas para el LA, evitando así el rechazo de una dieta terapéutica por el paciente.
AHANAOA A. C.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado Saldana
Fundador y presidente.